Rigoberto y sus muertos.

Hay trabajos que todos necesitan pero nadie desea; el de enterrador es uno de ellos, tal vez el mas demandado y seguramente el menos deseado. Pero siempre hay quien hace de la necesidad virtud, convirtiendo tan penosa y funesta labor en todo un arte.

Si a esto le unimos vocacion y tradicion familiar, estamos definiendo la estirpe de los Mortis, nueve generaciones de sepultureros que hoy dia constituyen una verdadera institución en el gremio.

Si, los Mortis son tan buenos que la gente se muere por verlos trabajar: Su destreza con la pala, ese remate del nicho con dos sencillas pero artisticas paletadas de yeso, ese desparpajo empujando el féretro y, sobre todo, ese toque personal apilando las coronas, ya sea en piramide, en prisma o en cono invertido, son señas de identidad de una tradicion secular ejecutada con tal maestria que siempre acaba arrancando el aplauso de la concurrencia en los funerales.

Rigoberto es el ultimo representante de la casta de los Mortis. Rigo, como le gusta que le llamen, sienta cátedra dia tras dia en su cementerio de referencia en Ciencipreses, aunque a veces tambien entierra en Miralágrimas, Villaresponso y otras plazas de la comarca.

Su merecida fama le ha convertido en enterrador de cabecera de algunas de las familias mas ilustres de la región, llegando incluso a ofrecer sus servicios a domicilio, donde aloja a los mas renombrados fiambres en parterres, criptas privadas e incluso estanques, una variante que aprendió durante unas vacaciones en Sicilia y que se basa en contrapesar el cuerpo con unos sólidos calcetines de hormigón para que no folte. Rigo ha añadido una pequeña variación: asegurarse de que el difunto ha fallecido antes de depositarlo en el agua.

Su toque personal ha creado marca: Un muerto con Rigo Mortis puede descansar con la tranquilidad de ser enterrado con la mayor distinción y elegancia. Sus multiples exitos internacionales le han colmado de trofeos: la Gran Corona de Cannes, el Palaustre de Oro del certamen de ornamentacion de nichos de Montreal, finalista en la Mortem Series de Burdeos.

Sin embargo, la profesion esta en declive, y Rigo no es inmune a los vientos del cambio. "Hoy en dia la gente va a lo sencillo y a lo barato. La incineracion nos tiene bastante quemados" afirma Rigo. Ciertamente, la presion de las modas amenaza este arte secular. Se impone la prisa y cada vez son menos los que optan por una sana, larga y tranquila descomposición.

Rigo es todo un estudioso del rito funerario, al par que un innovador. "Renovarse y/o morir", afirma, "la gente espera de nosotros nuevas formas, otro estilo, un toque personal y distinto para sus difuntos".

Inventor del carrito fuelle, que permite acceder sin dificultad a los nichos altos, de la lápida con bisagras y del ascensor hidráulico de ataudes, Rigo está constamente experimentando con nuevos materiales, demostrando que el de enterrador es un oficio en alza.

Mientras Rigo nos despide con su habitual "un amigo es un cliente", le dejamos concentrado ante su café preparando la agenda del dia, deseándole, como no podia ser de otra forma, que se vaya con sus muertos.