Analfredo el Velloso

Desvelamos hoy la desconocida historia de Analfredo, un adelantado a sus tiempos: el pionero de la depilacion.

Nace Analfredo en las postrimerias del siglo XIII en el condado de Analfabia, hijo primogénito del duque Onofre III el Fisgón y de Micaela la Bienmirada, su presunta esposa (Aclaramos al estimado lector que el duque, aunque parezca contradictorio, regía un condado: anteriormente tenia un par de ducados, pero le fueron arrebatados por Argimiro IX el estricto con su ley antitabaco, así que se tuvo que conformar con ese pequeño condado de mierda).

Su padre trató de inculcarle desde pequeño el arte de la guerra con inciertos resultados: Analfredo adoptaba una postura realmente extraña cada vez que tensaba el arco, se limpiaba constantemente con el pañuelo durante los duelos a espada, llamaba "bruto, mas que bruto" a su instructor, rehuía las peleas abrazando de manera pegajosa a sus fornidos oponentes, e incluso llego a amenazar a sus asistentes con atizarles con el bolso si le volvian a esconder la maza esa con pinchos de cuyo nombre no puedo acordarme, ni tampoco viene nada en la wikipedia.

En un momento dado el sargento instructor le comento al duque: "mi señor, el infante apunta maneras", a lo que este respondió "¿Apunta? ¡es todo un amanerado!". Y en ese mismo momento decidió dedicarlo al sacerdocio y buscar un heredero más viril entre el resto de su camada. Como resultado, al dia siguiente partia del castillo un carro tirado por dos bueyes cargando con Analfredo y todas sus pertenencias, camino del monasterio, y su hermana menor Bernarda (Bernarda la Bestiaparda, como se la conocia entre la chiquilleria) se incorporaba a filas en el patio de armas.

Analfredo nunca terminó de adaptarse a los rigores de la vida monástica. El voto de silencio era todo un suplicio para su lengua viperina, mientras que el voto de pobreza le impedia lucir sus impresionantes casacas bordadas, sus calzas superajustadas para marcar paquete/relleno a lo Nureyev o sus magníficas capas de seda natural. Pero el peor de todos era el voto de castidad.

En el monasterio no habia una sola mujer, por lo que el voto de castidad se sometía a otro tipo de interpretaciones. Y Analfredo era un magnífico intérprete.

Pese a lo que se cree comunmente, fue el voto de silencio el que causó su salida precipitada del monasterio: El voto de castidad se quebraba por doquier noche si noche tambien, pero Analfredo se distinguía por gritar como un poseso mientras lo quebraba, impidiendo el descanso de los novicios. De los que no estaban quebrando votos, al menos. El padre prior no tuvo mas remedio que expulsarle para no quebrar la paz de la institución, por mas que era consciente de que, en lo estrictamente personal, echaría de menos sus quebrantos.

Analfredo, con su espiritu inquebrantable, dedicio entonces meterse a juglar, profesión que al menos le permitiría lucir sus calzas. Consiguió como pudo una plaza en la Academia del mester de juglaria, una selecta institución donde se daba una oportunidad a los jovenes aspirantes a trovadores, y allí pronto se hizo un lugar en el corazón de sus mentores.

Su primera experiencia ante el público fue desalentadora, pues los micrófonos, donados por Jorge Manrique a la academia, se acoplaban por la muerte de su padre; a falta de voz, sus dotes escénicas le ayudaron a salir con dignidad de la sala: fingió una lipotimia para librarse de aquellos merecidisimos tomatazos.

Pronto empezó a componer sus propios temas, de entre los que cabría destacar un conocidísimo romance. Se trata de una pieza estructurada en versos pareados de rima asonante que Analfredo en un arrebato de pasión quiso dedicar a su amante, Augustito Nónimo; de ahí su conocidísimo título: Romance a Nónimo.

Constan ciertas disputas entre otro autor de la época y Analfredo por la autoria de este romance, conflicto historico que ha quedado resuelto recientemente en contra de los herederos de Analfredo, pues se ha podido concluir que el otro autor, Teddy Anónimo, es antepasado de Teddy Bautista. La SGAE se ha declarado compentente en este caso y ostenta la titularidad de los derechos de esta conocidísima pieza musical. Cabe decir que estos derechos han sido donados de forma solidaria al sostenimineto de las necesidades básicas de los bastardos de los autores de exito. Es decir, de los hijos no reconocidos por sus presuntos padres los autores de exito (consecuencia lógica de repartir algo mas que fotos entre las secretarias del club de fans).

Ajeno a estas polémicas, Analfredo se vió seguidamente enfrascado en la composición de una opera rock basada en las cantigas de nuestra señora, un best-seller de Alfonso X el sabio, momento que señala la cumbre de su actividad creadora. Pero la obra nunca llegó a estrenarse, pues estando Analfredo de gira por los reinos de Taifas, mientras se probaba un traje de lagarterana para lucir en uno de sus numeros mas aplaudidos, "Gescarteranas semos, vinimos to-as de Ges-Cartera", fué sorprendido por una cuadrilla de moriscos que lo confundieron con una cristiana, una cristiana muy velluda, pero cristiana al fin y a la postre, y se lo llevaron secuestrado así, a lo Washington Irving.

Duro fué su cautiverio, pues una vez en manos de Ali Qatador, señor de un pequeño reino árabe, pasó directamente a formar parte de su desnutrido harén. Desnutrido no porque tuviera pocas esposas. No. Eran mas de catorce. Desnutrido porque el reino producia tan poco que no daba ni para alimentarlas, limitándose los ingresos al negocio de los secuestros express, que tampoco era muy allá.

Tan desnutrido estaba el harén que las chicas se plantearon buscar una solución por su cuenta: A la voz de "pongo a Alá por testigo de que no volveremos a pasar hambre", organizaron visitas guiadas al harén que pronto se hicieron populares entre los varones de la comarca. Venian incluso de las comarcas vecinas, por lo que pusieron un par de faroles rojos en la puerta para que no se extraviaran los visitantes. Ellas, a cambio de unas miseras rupias, recibian a los visitantes con bebidas refrescantes, bailaban para ellos y poco mas.

Pronto Ali se dió cuenta de que ese poco mas le estaba llenando de picos el turbante, y la solución no era presciamente más turbante, así que cerró el harén, requisó las pocas ganancias y las castigó a volver a pasar hambre. Cuando entró Analfredo al harén, aquel grupo de escualidas chicas no tenía nada que envidiarle a las descartadas de la pasarela cibeles.

Analfredo decidió mantener el engaño sobre su sexo para permanecer en el seguro aunque tieso harén y no exponerse a quién sabe qué castigo. Pero a la vez tenia que evitar ser escogida por Alí noche tras noche, pues era seguro que en la cama, con la refriega, el moro descubriría el engaño.

Poco a poco fué entrando en intimidades con las otras chicas y fueron ellas las que se empeñaron en que aprendiera a depilarse. Estando las chicas en esta tarea, al desbrozarle el pubis se reveló su secreto, una revelación que dejo a más de una con la boca abierta. Comoquiera que ellas se tranquilizaron al ver que Analfredo no iba a disputarles los favores del señor, colaboraron con mas entusiasmo en que pareciera mujer-pero-no-tanto.

Mas de una quiso aprovechar las cualidades de aquel nuevo miembro del harén, pues aquel lugar estaba tan mal equipado que no tenia ni un triste eunuco. Pero Analfredo, fiel a su orientación sexual confusa, no quiso, supo o pudo satisfacerlas al modo usual. Eso si, como era imaginativo en su peculiaridad, se dijo a si mismo que aquella era una magnifica ocasion de hacerse lesbiano, lo que a la larga hizo mas llevadero el trance y le reportó un nuevo repertorio de interpretaciones.

Pero era inevitable que el señor quisiera disfrutar de los favores de aquella nueva cristiana casi fea que no había llegado a catar desde que fué capturada. Por algo se llamaba Qatador, ¿no?. Nadie habie mostrado hasta la fecha intención de pagar el rescate, pues todos los contactados (padre, madre, prior, bernarda la bestia parda, academia, sgae) habian eludido el tema con las evasivas mas variopintas: que si soy insolvente, que si ¿Analfredo, que Analfredo?, que si mejor os lo quedais si eso, y todo un rosario de otras excusas. No quedaba mas remedio que convertir a la esclava en algo productivo.

Así que una noche el señor escogió la tan esperada compañia de Analfredo. Las otras chicas lo prepararon, le depilaron una vez más el cuerpo entero, le pusieron su traje de lagarterana para darle más morbo al asunto y lo encaminaron a la lujosa jaima de Alí Qatador.

Analfredo se hizo la recatada, lo que no amilanó al Qatador, y ante lo inevitable, le rogó al moro que por lo menos apagara la luz. Y así, a oscuras, sin más público que el señor, sus mas de catorce esposas que escuchaban detras de la puerta, los treinta y cinco guardias que estaban asomados por la ventana, y el resto de la guarnición que no perdía detalle a lo que contaban los que, apoyados en el muro, podían atisbar algo, Analfredo desarrolló una interpretación que hoy en dia le hubiera valido para llegar a ser chica Al Modovar, pero que en aquellos tiempos tan solo sirvió para que Alí Qatador doblara al dia siguiente el número de cojines que utilizaba para sentarse.

Ni que decir tiene que Analfredo se convirtió desde entonces en la favorita de Alí, pues era el moro muy de alternar carne y pescado, variedad en la que dicen algunos está el gusto. A gusto se quedó también Analfredo, pues pescado y carne no faltarían ya en su dieta, ora en su condición de recatada lagarterana, ora en su versión de eunuco estropeado.

Asi, el velloso Analfredo, que a todo esto se llamaba Antonio Alfredo (lo dicho: no me saquen conclusiones precipitadas con los nombres...), fiel a su condición, encontró al fín la felicidad entre los infieles.

Su epitafio se ha perdido como se perdió la letra del romance anónimo.

Jesus Cursal

Jesús Cursal.

Jesús fue el ultimo de los tres hijos de una familia relativamente acomodada: haciendo un pequeño esfuerzo llegaban a caber todos en el sofá del salón a la hora del telediario. Marcaron su infancia las múltiples pedradas y capones que recibía de sus hermanos mayores, lo que afloró ya en su madurez, cuando una precoz alopecia descubrió al mundo un cráneo con mas cicatrices que el especialista que dobla a Chuck Norris en las escenas de cama.

Jesús fue, pues, un niño apocado y taciturno, mal estudiante, un verdadero fracaso para los deportes y un inepto social, cualidades que le catapultarían años mas tarde a la dirección de una oficina bancaria. Porque Jesús era todo un lince para las finanzas: si bien empezó vendiendo su bocadillo en el patio del colegio, al cabo de unas semanas tenia controlada la demanda de nocilla de los preescolares, los stocks de bollicaos con/sin cromos, comerciaba a futuros con los donuts (y mira que a la que te descuidas se ponen como piedras) y revendía opciones a tomar actimel, todo ello con la connivencia del arrendatario de la cantina del colegio que vió aumentar sus ganancias conforme los escolares se hinchaban a grasas saturadas.

Desarrolló un sistema de intercambio económico cerrado y exclusivo en el colegio, fijando como moneda el cromo panini, con un tipo de cambio estable contra el coletero de colores y la canica, y reservándose el papel de banco central para todo lo concerniente a inversión en bolsa de chuches, hipoteca de taquillas o reservas de espacio en la fila del comedor. Pronto se hizo de un pequeño capital de chuminadas* que, al cambio, pudo convertir en la bicicleta que le negaban sus resultados en los exámenes.

Todo el mundo le debía algo, todo el mundo le envidiaba y, como era de aquella manera, y como no podía ser de otra forma, todo el mundo le odiaba.

El paso por secundaria y posteriormente la universidad se convirtieron en una escalada en la aplicación cada vez mas sutil de sus cualidades innatas, lo que le volvió aún más ambicioso y retorcido. Renovó su escala de valores y en sus objetivos la moto sustituyó a la bicicleta, el móvil 3G sustituyó a la bolsa de chuches y la ropa de marca a los cromos panini.

Descubrió que el éxito social podía comprarse, e incluyó entre sus nuevas adquisiciones a una rubia lela de primero de biología, quién tardo poco en cambiar su foulard y sus convicciones por una estola de zorro plateado auténtico.

Jesús era querido por todos, y en ese estado de gracia se licenció, a toda prisa además porque le esperaba cargazo en el Banco Jonudo, la entidad de mayor crecimiento en los últimos años pues daba créditos al mibor menos lo que hiciera falta y admitía como garantía hipotecaria hasta la caseta del perro.

Detrás de aquella mesa Jesús pudo socorrer las necesidades crediticias de miles de personas, igual que surtía de chuches y bocadillos a medio colegio, sin mas contrapartida que pedirles a esos pobres insensatos que le entregaran un insignificante 150% de sus ingresos durante 50 o mas años. Poco mas o menos lo que firmó Fausto, pero con una Montblanc en vez de pluma con sangre.

Jesús se codeaba con lo mejor de lo mejor, se iba de putas con los promotores, y se iba de promotor con las putas, pues no desdeñaba ningún nicho de negocio. Jesús era el no-va-más. Los niños querían ser como él. Incluso los suyos.

En este punto de la historia el 99% de los lectores estan ya esperando la moraleja. Y, efectivamente, es ahora que la historia esta madura cuando llega la Moraleja, pues es allí donde se compra un inmenso chalet con parcela, piscina y garaje con puerta seccionable, harto de su piso céntrico de 150 metros cuadrados con todo exterior. Mas como inversión que otra cosa, pero se lo compra, seguro de que su progresión ininterrumpida garantizaba los pagos de esa y de las otras cuatro hipotecas que soportaba su pesada nómina por aquel entonces.

Y, claro, tenían que llegar las vacas flacas. La crisis. La estanflación. Todo eso. Y más. Y a Jesús le afectó de lleno.

Desde entonces, el panorama que contempla desde la ventanilla de su Cayenne es desolador: un antiguo contable suyo, vendiendo clinex en un semaforo. Su prima, puta de profesión e inspectora de trabajo en su tiempo libre, metida a limpiadora por falta de negocio. Gente buscando comida en su propio cubo de basura. Familias enteras haciendo cola a la puerta de Cáritas.

En su banco las cosas tampoco iban bien. En la sucursal que dirigía tuvieron que dejar de poner caramelos para los clientes, como severa medida de ahorro. Retiraron tambien los sillones que había para los que esperaban ante su despacho, pues los clientes se ponían pesadísimos cuando hacian cola para pedir créditos ¿Qué parte de No es la que no habeis entendido?.

La vida se había vuelto mucho mas dura con Jesús, obligado a contemplar semejantes desgracias dia tras dia. Incluso estuvo al borde de la depresión, de la que solo se libró porque tuvo la feliz idea de darse el gustazo de agregar un nuevo Rolex a su colección. ¿Que te deprimes? Vete de compras.

Y asi siguió por los tiempos de los tiempos, miserablemente condenado a vivir contemplando la desgracia ajena, aunque ajeno a tal desgracia, pues la mismisima declaración universal de los derechos humanos recoje el siguiente artículo que Jesús, consecuente, ha escogido como epitafio para cuando le llegue la hora de amortizarse a si mismo:

"Todas las personas, sin distincion de sexo o edad, tienen derecho a vivir y morir endeudados con un banco o, en su defecto, caja de ahorros".

Flo el Fiel.

Florencio Flojeras, Flo, pasó a los anales de la historia como el paradigma de la fidelidad.

Las raices de Flo se hunden en el oscuro patio de un orfanato. Siendo aún muy pequeño se aficionó a la jardinería, y se aficionó tanto, que progresivamente le fueron confiando tareas cada vez más complicadas. Cuentan que su primer impulso conocido en este campo fue querer regar los geranios de la entrada; como quiera que no había agua disponible, Flo recurrió para ello a su propia orina. Este curioso método funcionó durante un tiempo.

Pero muy pronto el olor y aspecto de los geranios delataron la procedencia de su riego, y entonces le regalaron una regadera que facilito enormemente su tarea: al ser mas baja que aquellas macetas, le resultaba mucho mas comodo orinar dentro de ella. Aquellos geranios no sobrevivieron ni un mes.

Posteriormente quiso ocupar las vacantes de los malogrados geranios con alguna planta más resistente a su particular sistema de riego, y consiguió que le compraran semillas de cactus. No le fué mal con aquellas nuevas plantas hasta el día en que se le perdió la regadera y tuvo que recurrir al sistema tradicional, con la mala suerte de resbalar en el suelo y caer hacia adelante de forma que su pequeña e infantil manguera resulto dolorosamente atravesada por cuatro sitios.

Aquella manguera quedaria inutilizada de por vida, lo que es seguramente causa de la aversion de Flo por las cactáceas y de su infinita alegria por haber dejado de utilizar la orina para regar precisamente la semana anterior. En pocos dias dispuso de una nueva manguera.

Pero nada pudo frustrar su aficion por la jardineria, a la que permanecio fiel toda su vida. Afición que experimento una nueva crisis cuando sus padres le regalaron aquellos plantones de Limonero Lunero. Por más que los cuidó, los regó y los abonó, nunca dejaron de ser poco más que un hatajo de raices secas. Desesperado, un día cogió aquellos malditos arbustos y los arrojó por encima de la tapia de su casa, yendo a caer en el patio trasero del vecino orfanato, donde se hundieron en el barro. Conste que ya lo avisamos: las raices de Flo se hunden en el patio del orfanato.

Flo fué un niño timido, una criaturita que no llegó a destacar en nada en todos sus años en el colegio. Tan solo una vez sorprendió a su madre al confesarle que era el chico que tenia el miembro mas grande de la clase, lo que no era nada extraño si se tenia en cuenta que habia repetido el cuarto curso siete veces.

Pero su exito adolescente llegó por casualidad. Un primo suyo, que a la sazón estaba haciendo la mili en Melilla, se enteró de las habilidades botánicas de Flo y le propuso el reto de criar una planta exótica, algo extraña, con hojas puntiagudas, de la que le proporcionó algunas semillas.

Ni que decir tiene que Flo consiguió sacar adelante un hermosisimo ejemplar de aquella planta, azuzado por las llamadas de su primo que, semana si semana tambien, le preguntaba por la evolucion de aquel cultivo. Extrañado por tan inusitado interés, Flo le quitó los plasticos -por fin- a la enciclopedia de botánica que fué su regalo de comunión, y pronto averiguó los usos y propiedades de aquella planta cuya hoja aparecia normalmente a menos de diez centimetros de una foto de Bob Marley.

Acometió aquella industria con renovados esfuerzos, lo que le hizo ganar en popularidad (y en billetes) ante sus compañeros de clase. Gracias a aquel cultivo domestico pudo pagarse sus estudios, una moto, un par de gafas nuevas y pudo por fin permitirse el increible lujo de lucir unos calcetines que no eran blancos y no tenian una raya roja y otra azul.

Disponer de ingentes cantidades de dinero, fruto de la venta al menudeo de aquella pequeña producción casera, causó una gran conmoción en su equilibrio emocional, tanto que estuvo a nada, pero a nada nada, de hacerse pijo. Finalmente se impuso la cordura y se quedo en fumeta. Del barça, pero fumeta.

Porque Flo era del Barça. Era tan del Barça que le pedia los reyes al rey Gaspart; tan del Barça que nunca consintió llevar ropa interior blanca, ni siquera aquel costosisimo calzoncillo calvinkelin regalo-de-novieta que cuando se lo probó (¡lo que no haga uno por pillar aunque sea un roce!) daba mas saltos que la niña del exorcista en un jacuzzi de agua bendita; tan del Barça que hasta aprendió holandés para poder pedir autógrafos.

Era la época de Van Gaal. Poco a poco una figura se fué haciendo omnipresente en las instalaciones del club. Allí donde había una oportunidad de colarse, allí estaba Flo. ¿Que había canapés? Allí estaba Flo. ¿Que había rueda de prensa? Alli lo teniamos. ¿Entrenamiento a puerta cerrada? Flo se colaba. ¿Faltaba un asiento en el palco y Samaranch tenía que ver el partido de pié? Flo estaba ocupando su silla.

Pronto vieron en el club que no podian deshacerse de semejante elemento, pues su fidelidad a los colores le daba alas para burlar todos los controles imaginables, así que el propio Gaspart decidió que si no podían librarse de él, al menos lo convertirian en algo productivo. Tras una brevísima entrevista, le contrataron como ayudante de jardinero.

Aquello colmaba las ilusiones del pobre chaval, unificando sus dos pasiones: el Barça y la jardinería. Y pronto empezaron a notarse los cambios.

Un día, alguien se percató de la aparición de unas extrañas hojas picudas con aroma jamaicano en los dos corners del gol norte. No le dieron importancia, pero empezaron a aumentar los casos de aficionados que celebraban las victorias saltando al campo y llevandose un trozo de césped de recuerdo, precisamente de aquellas zonas.

Algún que otro jugador empezó tambien a frecuentar aquellos corners, mostrando posteriormente bajadas de rendimiento en su juego y en la venta de natillas. Pero el césped estaba impecablemetne cuidado y nadie quiso afearle la conducta a Flo. Es más, años despues fué ascendido a jardinero jefe.

Y muchos años más tarde llegó el minutito de gloria de Flo. Año 2031. Final de la champions league. Se enfrentan Barça y Real Madrid en el Vell Camp (no podia ser Nou eternamente...). En el minuto 88, van empatados 2 a 2. El arbitro pita una falta en el borde del area blanca.

La tensión se mascaba en el ambiente. Flo, desde su puesto de obervación privilegiado, asistia a la que podía ser mayor victoria de todos los tiempos. Nadie se movia, ni siquiera el niño aquel que llevaba todo el partido dando por culo con las pipas al vejete que estaba sentado dos filas mas adelante.

Nuñez se dispone a lanzar el libre directo (Nuñez es el biznieto de Nuñez la llorona, por todos conocido, una joven proemsa recien sacada de la Masía, esa factoria donde estaba a cargo del envasado de aceite de 0.1º de acidez). Se aproxima al balón, lo golpea, y el esfécrico adquiere una trayectoria parabolica que salva la barrera y se dirige directamente al area pequeña. El balón bota una vez en el punto de penalty, bota una segunda vez y el portero se lanza de manera felina para atraparlo con las dos manos.

Va a pararlo. Flo lo ve, lo presiente, es inevitable. Lo parará e iremos a la prórroga, y ya nada será lo mismo. No puede ser, tiene que entrar, tiene que entrar.

Pero la pelota se dirigie mansamente a las manos del portero. El estadio esta completamente paralizado. Nuñez se arrepiente a gritos de haber dejado aquel puesto de trabajo seguro en la planta de aceite. El entrenador piensa mentalmente el discurso de su dimision. El presidente muerde la bufanda, sacada de la tumba de Gaspart solo para la ocasión.

Y cuando parece que todo esta perdido, Flo reacciona como el gran culé que ha sido siempre y abre la electrovalvula catorce-A que impulsa 3 atmósferas de presión de agua que hacen que asome un aspersor en el area del Madrid, aspersor contra el que choca levemente la pelota, desviando su trayectoria lo suficiente para pasar entre las piernas del portero y colarse mansamente dentro de la porteria.

Todo el mundo lo habia visto. Todos sabian lo que habia pasado, e inmediatamente todos, mudos, expectantes, se quedaron mirando al arbitro, al que le llega un imperceptible SMS desde remotos sitios de gobierno y, tras pensar 5.1 decimas de segundo pita concediendo el gol. Piiiiit. Las gradas estallan en un orgasmo de alegria incontenida, los jugadores se dirigen a Flo y se arrojan encima, formando una piramide de alegria blaugrana cuya base es un jardinero que, pese a estar aplastado, pese a que le han partido las gafas y a que uno de los centrales le esta tocando el culo con algo mas que buena intencion, es el tio mas feliz del mundo.

Flo pasó a la historia del club como el fichaje más rentable de toda la historia, ganandose el respeto de aficion, jugadores, entrenador y directiva por siempre jamás.

En su lecho de muerte, rodeado por la junta directiva en pleno, todos pudieron oir sus ultimas palabras; con un hilo de voz casi imperceptible, sus labios hicieron un ultimo esfuerzo para pronunciar: "aaaaalamadrí". Acto seguido, expiró.

Todos se quedaron estupefactos, hasta que la voz de la experiencia habló por boca de Johan Cruyff, decrépito presidente de honor de la entidad, quien dijo: "Ese si era un buen culé: queria tanto a su club que viendose morir se cambio de bando para que el que se muriera fuera un puto merengón".

En su epitafio rezan las siguientes palabras: "Toooot al camp, eeeees un clam, hue-leama-rihuanaaaa".